lunes, 31 de agosto de 2015

Población mundial Parte I.

Pensemos en extinguir a los humanos. Pandemias, hambrunas, guerras, catástrofes naturales, surgen como causas probables. Pero pensemos en los problemas que se tendrían para lograrlo.
¿Varias pandemias pueden extinguir a los humanos? No. Una enfermedad como el ébola, sin vacuna conocida, puede matar a muchos, pero el resto puede aislarlos y evitar su propia muerte. ¿La gripe común? Mata a muchos, a más humanos que el resto de las enfermedades, pero no amenaza nuestro crecimiento poblacional. Es más, en los últimos dos siglos ni siquiera el conjunto de enfermedades conocidas ha matado a tantos humanos como para detenerlo.
Las guerras podrán ser espectaculares, en el sentido de causar asombro, pero no son muy eficientes. El problema radica en que se gastan muchos recursos para matar a cada persona. Y si no parece así, recordemos cómo afectaron a la población mundial las dos guerras mundiales: hicieron más lento su crecimiento pero no lo detuvieron. Después de todos los horrores de ambas guerras, al final existían más humanos que cuando empezaron.
El hambre podría hacer algo, pero no mucho. Se ha hablado mucho de las terribles condiciones en las que viven las personas de países africanos, por ejemplo Sudan o Somalia. El primero tenía una tasa de crecimiento poblacional de 2.0% en 2013, el segundo de 2.9%. Es decir, nacen un poco más de los que mueren. Nada mal para lugares con fotos de niños muriendo de hambre.
Las catástrofes naturales son todavía menos eficientes. Pueden ser espectaculares, como las guerras: huracanes, tsunamis, tornados, sequías y volcanes proporcionan fotografías y videos espectaculares. Pero es más derroche de energía que eficiencia exterminadora.
Tal vez, y sólo tal vez, el agotamiento de las fuentes de energía fósil pueda hacer algo. El hecho de que la mayoría del transporte, agricultura, industria química y calefacción domestica dependan de estas fuentes de energía, podría llegar a afectar los servicios de alimentación y salud lo suficiente para detener el crecimiento. Pero antes deben pasar varias cosas.
Lo primero que se me ocurre es el ajuste en la distribución de los recursos. Actualmente, pocos países utilizan la mayoría de los recursos; si esto cambia, entonces podemos pensar en seguir reproduciéndonos un poco más.
Lo segundo que me viene a la mente es utilizar más eficientemente la energía. Esto generalmente tiene que ver con el desarrollo de nuevas tecnologías y con el cambio de hábitos de consumo de las personas. No creo que suceda lo segundo: alguien que esté dispuesto a pagar por flojear es un buen negocio. Pero podemos confiar en lo primero. Otro montón de nuevos humanos.
Utilizar sólo la energía indispensable es otra posibilidad. Nada agradable para muchos, pero posible y efectivo. Y de efectos múltiples. Por ejemplo, Cuba. Después de la caída del bloque socialista, Cuba dejó de recibir petróleo soviético. Treinta años después el balance fue positivo: menos gasolina, menos uso de automóviles, menos enfermedades cardiacas, más cubanos sanos.
Sospecho que seguiremos creciendo durante varios siglos.
Escrito el 5 de Noviembre de 2014.

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