sábado, 1 de agosto de 2015

La muerte absoluta Parte II.

Si logramos evitar la muerte de nuestra Historia viajando a otras estrellas, esto continuará hasta que se acaben los sistemas solares y los seres vivos de ese entonces tengan que utilizar una fuente de energía diferente a las estrellas: es el final de la era estelífera dentro de la historia del Universo.
Cuando el Universo se quede sin estrellas, cualquier forma de vida que haya existido deberá haber encontrado otra fuente de energía para sobrevivir. Actualmente, en este planeta casi todas las formas de vida se alimentan de las plantas. Estas a su vez reciben energía del Sol.
Entonces, nuestra Historia se encuentra alimentada por la energía solar. Sin Sol se extinguen las plantas, con ellas los Homo sapiens y con éstos la historia de la especie. En el caso ya planteado de otra especie terrestre o extraterrestre que pueda preservar parte de nuestra historia, esto dependerá de la energía que proporcione nuestra estrella u otra. Sin embargo, las estrellas dejarán de existir.
Se estima que faltan diez billones de años para que el Universo se quede sin estrellas. Sólo para dar una idea de este lapso, el Universo tiene 13,798,000,000 años. Díez billones de años se escribe así: 100,000,000,000,000 años. Siete mil docientos cincuenta veces la edad actual del Universo.
Es cierto que un lapso de tiempo rebasa cualquier intento de entendimiento humano. Nuestro cerebro simplemente no puede imaginar algo así. Y suponiendo que nuestra Historia se hubiera preservado e incrementado durante todo ese tiempo, la cantidad de libros o unidades de almacenaje digital que abarcaría sería tan grande que se requerirían ejércitos de historiadores para estudiarla, y otros tantos batallones de especialistas para clasificarla y preservarla.
Pero seamos optimistas y pensemos que al final de la era estelífera una especie de seres vivos inteligentes nos recordará.
En ese caso, la preservación de nuestra Historia y la burla a la muerte dependerán de que dichos seres puedan encontrar otra forma de energía para sobrevivir. Bien puede tratarse de que sus plantas se alimenten de una forma de radiación electromagnética diferente a la luz, o de que ellos mismos sean capaces de alimentarse de dicha fuente de energía sin seres intermediarios.
Después de la extinción de las estrellas no tenemos certeza de lo que pasará: si el Universo se sigue expandiendo como hasta ahora o si se contrae, no lo sabemos. Tampoco sabemos qué sucedería en cualquiera de los dos escenarios. Pero podemos imaginarlo.
Si el Universo continúa expandiendose, si las estrellas se alejan cada vez más las unas de las otras, es probable que nunca, nosotros u otra especie que conozca nuestra existencia, podamos salir de la Vía Láctea: es como tratar de salir de una habitación que se hace dos pasos más grande por cada paso que damos hacia la puerta. Y, en este momento todavía no sabemos caminar.
Sobrevivir después de la extinción de las estrellas implicará tratar de evitar la muerte térmica. El Universo actualmente “vive” porque existen objetos con temperaturas diferentes: el Sol puede proporcionar la energía para la vida en la Tierra porque ésta es más fría que aquél. Pero después de muchos millones de años, todo el Universo tendrá la misma temperatura. Entonces no existirá posibilidad de vida y nuestra Historia terminará.
En cambio, si en algún momento el Universo se empieza a contraer, la lucha será por evitar morir aplastados por objetos estelares cada vez más cercanos los unos a los otros.
Sólo sabemos que los cambios durante la evolución del Universo llevarán a hacer cada vez más difícil la existencia de alguna especie viva. En el último de los casos, su fin será el fin de nuestra Historia y nuestra muerte absoluta sin importar cuántos años estuvimos presentes en él.
Escrito el 13 de Julio de 2014.

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