jueves, 12 de febrero de 2015

Sinónimos.

Según la RAE, la definición de sinónimo es "adj. Dicho de un vocablo o de una expresión que tiene una misma o muy parecida significación que otro". En otros términos, dos o más palabras son sinónimos cuando significan lo mismo o casi lo mismo. Este es el punto de vista académico.
Ningún docto del idioma pensaría que idiotizar y jugar son sinónimos, pero lo son cuando un niño manipula un videojuego: depende de quien describa la actividad, la madre o el niño. Sin embargo, ésta no es la única actividad que tiene la característica de sinonimia entre el común de la gente: mientras que un aficionado puede estar comiéndose la gorra, un neófito puede no entender que el juego de pelota se encuentra en “punto muerto”: presencia, sin saberlo, el mejor duelo de lanzadores de la década.
O, por ejemplo, barbarie y estrategia pueden definir la pelea entre Muhammad Alí y George Foreman en Zaire. Una pelea donde el primero dejó que su oponente lo golpeara durante cinco asaltos, haciendo dudar a su entrenador si saldría vivo del ring. A partir del sexto asalto, con Foreman cansado, Alí contraatacó y lo noqueo en el octavo episodio. Durante el inicio de la pelea, los críticos llamaban a la estrategia de Ali suicidio, al final tenia nombre para la historia: rope-a-dope.
Es claro que, entre más distancia exista entre el conocimiento y la incomprensión de los protagonistas, mayor será la diferencia entre las palabras sinónimas de la actividad. Cuando dicha distancia desaparece de la vida de los protagonistas, las palabras dejan de ser sinónimos y pueden llegar a ser antónimos para ellos. Cuando los críticos de Alí comprendieron su estrategia, dejaron de llamarla barbarie.
Lo mismo se puede decir de prácticamente cualquier actividad: las matemáticas pueden ser hermosas u horribles según la capacidad de entendimiento de las personas. Lo mismo se puede decir de la poesía, el teatro, la ciencia o la política. Al respecto de esta última, los actores y los observadores no sólo tienen problemas por la definición, por la pasión o por el entendimiento de la actividad. También tienen problemas porque los segundos frecuentemente son víctima de los primeros.
Es obvio que todo esto está cargado de emociones: la madre se frustra por no poder alejar al niño del videojuego, y él se encuentra igual por no poder quitarse de encima a su progenitora. Creo que esta carga emocional es la que ayuda a recordar: cuando una actividad se describe como se ha dicho, es frecuente que se fije en la memoria de las personas. Ni la madre ni el niño olvidarán el videojuego.
Esta fijación en la memoria es importante: la gente recuerda el hecho y las palabras que utilizó para describirlo; no cae en la conciencia de la carga emocional presente. En cambio, el académico hace un análisis racional y exhaustivo de la situación antes de elegir las palabras que utilizará. Difícilmente deja que las emociones influyan en su trabajo.
Supongo que los anteriores son buenos ejemplos de las grandes diferencias que pueden existir entre el uso del lenguaje por un académico y una persona común.
Escrito el 22 de Septiembre de 2013.
Esta entrada debió publicarse ayer. Por problemas laborales se hizo un día después.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario