domingo, 11 de octubre de 2015

Sostenibilidad, ahora sí.

La sostenibilidad consiste en satisfacer nuestras necesidades sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas propias. Es un término que se utiliza en ciencias del ambiente.
El término se definió en el Informe Brundtland en 1987 y el uso de la definición ha dado lugar a debates entre especialistas y planes de desarrollo de muchos países; incluso se ha utilizado como eslogan publicitario para la venta de productos, desde jabones hasta automóviles.
Uno de los problemas más recurrentes, cuando se trata de llevar a la práctica el concepto, es que  implica auto control: se trata de satisfacer nuestras necesidades y detenernos, no de incrementar nuestras comodidades aun si podemos hacerlo.
Todo esto tal vez sea muy claro para los especialistas, pero las poblaciones necesitan algo más tangible, algo que no implique leer libros pero deje claras todas las ideas. Creo que los sistemas de pensiones nos están dando la oportunidad de entender la sostenibilidad.
El sistema de pensiones mexicano, existente desde 1943, consistía en que la generación del momento trabajaba y pagaba la jubilación de la generación anterior, en el entendido de que la nueva generación pagaría la suya. Y fue así hasta que el destino nos alcanzó, allá por 1992. Después de unos años de ajustes, en 1997 se crearon unas cuentas de ahorro individual llamadas Afores, que cambian el esquema: si te jubilas es porque ahorraste, si no tienes ahorros, no te jubilas.
Este cambio ha llevado a la población a enfrentarse con el concepto de sostenibilidad: vas a satisfacer tus necesidades sin pensar en que las futuras generaciones van a trabajar para ti.
No recuerdo haber leído o escuchado esta interpretación del nuevo modelo de retiro, pero creo que será la primera vez en que alguna generación se enfrente a un problema de sostenibilidad de forma directa, a SU problema de sostenibilidad.
El actual sistema de retiro se basa en varias premisas que se conocen y manejan desde el informe de 1987: debes trabajar para satisfacer tus necesidades, no debes comprometer a las generaciones futuras a trabajar para ti y debes esforzarte en ahorrar para tu futuro, lo cual significa que aunque puedas comprar más satisfactores hoy, debes pensar en el futuro y evitar tantas tentaciones.
Obviamente, las personas no van a empezar a ser ordenadas y responsables de la noche a la mañana y sólo por la publicación de la actual Ley de Pensiones. Lo más probable es que la responsabilidad de pagar su jubilación se la transfieran a las únicas personas de las nuevas generaciones sobre las cuales pueden ejercer algún control: sus hijos.
Es muy probable que muchas personas que actualmente trabajan, no ahorren lo suficiente y dentro de veinte o treinta años deban recurrir a sus hijos para pagar su comida o medicinas; es decir, de un sistema de pensiones entre generaciones y administrado por el Estado, pasaremos a un sistema administrado por cada familia.
En cualquier caso, este esquema familiar va a tener un límite bien claro: la ausencia de hijos. Si se tienen tres hijos para ayudar a dos padres enfermos las tareas se reparten entre varios, habrá quien pague las cuentas y quien viva con ellos para ayudarlos. Pero la tendencia actual es tener menos de dos hijos y, en este caso, las cosas se complican: o se tienen ahorros para ayudarse o los hijos no serán suficientes para mantener a los padres.
En cualquier caso parece que esta será la primera generación que viva la sostenibilidad, que transite por este planeta sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones.
Escrito el 20 de Septiembre de 2014.

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